Autor: Patricia Betancourt, M.A.
¡Si mis queridos lectores y amigos! Ya se fueron volando los primeros seis meses del 2023 y hemos llegado al mes de julio, casi en un abrir y cerrar de ojos.
Desde este punto en donde nos encontramos a comienzos del segundo semestre del año, podemos vislumbrar el 2024, que tan solo en unos meses nos estará tocando la puerta. Sin duda es inevitable ponerse a reflexionar no solamente sobre lo que hemos hecho en el primer semestre del 2023 sino en los últimos 24 meses que llevamos viviendo ya sea parte de la pandemia, las secuelas de la misma, o lo que se llama hoy en día la “post-pandemia”.
Definitivamente llegar a la mitad del año nos pone a pensar esta en todo lo que hemos vivido en general, y en lo que queremos realizar en la segunda mitad del año para no sentir el 31 de diciembre, que se nos ha ido otro año y “no pude realizar o llevar a cabo lo que realmente quería, lo que mi corazón anhelaba.” Este sentimiento de frustración es muy familiar para muchos, pero lo cierto es que gran parte de las personas no sabe qué debe hacer para evitar llegar a otro fin de año sin la satisfacción de haber cumplido las metas que escribió o se prometió el primero de enero. No quisiera en este punto, a que me malinterpretaran pensando que soy pesimista o que estoy anunciándoles el fracaso, o asegurarles que ya me sé el final de su historia, como diría Gabriel García Márquez en su novela “Crónica de una muerte anunciada”. Soy una persona positiva que me gusta encontrarle el lado bueno a las situaciones de la vida. He aprendido a ser agradecida y creo que después de pasar la pandemia, me atrevería a expresar como muchos de ustedes, que estoy agradecida por el hecho de estar viva y saludable al igual que mi hijo, y mis familiares más cercanos. Los últimos 36 meses han sido de retos y pruebas para todos. Si algo nos han enseñado los últimos tres años, es a ver dos aspectos increíbles del ser humano, como en una moneda: en una cara vemos la vida humana, lo más precioso que podemos tener. Y en el otro lado de la moneda vemos la fragilidad de esta misma vida que como una hermosa flor del campo hoy es y mañana ya no existe.
Estos últimos 36 meses nos han puesto sobre la mesa, en mi humilde entender, tres aspectos fundamentales de la vida humana que debemos ejercitar tanto en nuestra vida profesional como en la personal: la reflexión, la reestructuración y el estar siempre abiertos y dispuestos a nuevos comienzos. Todos tuvimos en este planeta Tierra que someternos a una cuarentena, unos más larga que otros dependiendo del país en donde vivíamos, que nos obligó a pensar y a reflexionar, lo cual motivó no solo a los emprendedores y dueños de negocios, sino a personas en todos los ámbitos de la sociedad, a tomar acción y entrar de lleno al segundo punto, a mi parecer que fue la reestructuración. Todo individuo, empresa organización e instituto de enseñanza tuvo que cambiar y reestructurarse para pasar del mundo real al mundo virtual, si querían seguir existiendo y funcionando. Definitivamente este cambio no solo fue a este nivel, sino en todos los aspectos que conlleva el tener presencia en el mundo digital, a seguir los estudios en línea, nos llevó a todos, tanto estudiantes como a los dueños de negocios, profesores, consultores, y padres de familia, etc. a estar abiertos al cambio: tuvimos que reinventarnos. Y de alguna manera muy sutil o a veces nos tocó a la carrera, abrirnos al cambio y darle la bienvenida a nuevos comienzos.
Quizás muchos seguimos en este proceso de cambio, de mirar cómo podemos continuar nuestra educación y superación personal, como alcanzar y llegar al siguiente nivel de nuestra vida, ya sea como emprendedores, estudiantes o profesionales porque “sólo en la educación podemos crear nuevos comienzos que permitan la duración de la vida, porque la educación no es un asunto de magia o de poder” (Álvarez González 2020). Por esta razón, ya que hemos llegado vivos al mes de julio del 2023,te invito a visualizar nuevos comienzos, pues todavía estás a tiempo de realizar tus proyectos y de retomar el camino a la acción, al igual que de llenarte de coraje y pensar en reinventarte, si es que no lo habías hecho ante la coyuntura que todos hemos tenido que enfrenar. De igual forma te exhorto a reflexionar y preguntarte si estás verdaderamente preparado para el mundo, tanto virtual como real en el que viviremos, a la par del ChatPT o de cualquier programa de inteligencia artificial que marcará posiblemente las pautas en el 2024.
Es en este punto tan importante en donde les presento la idea que no es solo robustecer o mejorar nuestras habilidades en las áreas de la informática, inteligencia artificial o las ciencias. Debemos estar conscientes que además de aprender y estar al tanto de la tecnología que cambia a pasos agigantados, es necesario darle prioridad al área del lenguaje, ya sea al inglés, español o el que se hable en tu país, porque la comunicación, la palabra escrita o hablada ha cobrado una importancia máxima para presentarle al mundo tus ideas, como individuo o como empresa, pues la armonía y el entendimiento que tanto le hace falta a nuestro mundo, lo lograremos cuando nos podamos comunicar, a través del mundo digital o real, con palabras llenas de buena voluntad y comprensión que nos den a todos la confianza y fe en tiempos mejores, en nuevos comienzos llenos de oportunidades para el bien común.